El ultrasonido es una técnica que utiliza ondas sonoras de alta frecuencia para obtener imágenes de los órganos y tejidos internos del cuerpo humano. El ultrasonido se basa en el principio de que las ondas sonoras se reflejan o se transmiten según el medio por el que pasan y la forma de los objetos que lo atraviesan. Así, al enviar y recibir ondas sonoras, se pueden crear imágenes tridimensionales de la estructura interna del cuerpo.
Como terapia postoperatoria
Consiste en aplicar ondas sonoras de alta frecuencia sobre la zona operada para estimular la circulación sanguínea, el drenaje linfático y la regeneración celular. Se utiliza para reducir el edema, el dolor, la inflamación y las cicatrices. También ayuda a prevenir infecciones y a mejorar la elasticidad y firmeza de la piel.
Otras aplicaciones en el campo de la medicina
Se utiliza especialmente en el diagnóstico y el tratamiento de diversas enfermedades. Algunas de las ventajas del ultrasonido son:
- Es un método seguro, indoloro e invasivo, que no utiliza radiación ionizante ni campos magnéticos.
- Es un método no destructivo, que no altera ni daña los tejidos examinados.
- Es un método rápido y económico, que permite obtener imágenes en pocos minutos y con bajo costo.
- Es un método versátil, que puede examinar diferentes partes del cuerpo con diferentes tipos de cabezales.
Condiciones que se pueden tratar con el ultrasonido
- Abdomen: se puede evaluar el tamaño, la forma y la posición de los órganos abdominales, así como detectar posibles obstrucciones, inflamaciones, tumores o infecciones.
- Vagina: se puede examinar la vagina y el útero durante el embarazo para verificar su desarrollo normal y detectar posibles anomalías o complicaciones.
- Trompas de Falopio: se puede evaluar la función y la anatomía de las trompas de Falopio para diagnosticar problemas como quistes ováricos, endometriosis o infertilidad.
- Hígado: se puede evaluar el tamaño, la forma y la textura del hígado para detectar posibles lesiones como cirrosis, hepatitis o cáncer.
- Páncreas: se puede evaluar el tamaño, la forma y la consistencia del páncreas para detectar posibles cálculos biliares o pancreatitis.
- Riñones: se puede evaluar el tamaño, la forma y la posición de los riñones para detectar posibles cálculos renales o infecciones urinarias.
- Vesículas biliar: se puede evaluar el tamaño y la forma de las vesículas biliar para detectar posibles cálculos biliares o inflamaciones.
- Glándulas salivales: se puede evaluar las glándulas salivales para detectar posibles infecciones o tumores.